Aunque la primavera se lleva siempre la buena fama, el otoño puede ser mucho más espectacular (y sin problemas de alergias), si sabemos elegir las especies más coloristas.
Esta vez te propongo algunas de las plantas que más me gustan y que otoñan a todo color!!!
TREPADORAS
Tienes dos posibilidades de parra virgen: la Parthenocissus tricuspidata (también conocida como Ampelopsis veitchii) o la Parthenocissus quinquefolia. La primera tiene hojas compuestas por tres foliolos y la segunda por cinco foliolos.
Son ideales para tapizar las fachadas ya que tienen unas pequeñas ventosas que se pegan a cualquier superficie. Sin lugar a dudas, dan mucha personalidad a cualquier edificio, mucho más si la construcción no es bonita.
Las dos variedades pasan por distintos tonos de rojos antes de perder la hoja. Además durante el verano protegerán las paredes del sol, atemperando el interior de la casa.
ARBUSTOS
Lagerstroemia indica (árbol de Júpiter).
Este arbolito puede alcanzar los 5 metros de altura pero normalmente veo que lo tratan y podan como si fuera un arbusto. Es muy agradecido ya que tiene valor estético durante todo el año. En primavera por el color rojizo de sus hojas al brotar, por la floración del verano, por el rojizo del otoño y, en invierno, por el tono y la coloración de su tronco. La floración es espectacular de junio a septiembre, con inflorescencias de más de 9 centímetros de largo y de colores muy intensos (rosa, blanco, malva o carmesí). Aguanta bien el frío del interior peninsular aunque hay que protegerlo un poco si el ejemplar es joven y está muy expuesto a las heladas.
Desde luego, no lo dudé a la hora de elegirlo para mi jardín!!!!
Viburnum opulus |
Nandina domestica |
La nandina es ideal para jardines “japoneses” ya que sus hojas, parecidas a las del bambú, encajan muy bien con esta estética. Aguanta el frío y prefiere zonas de sombra o semisombra.
Ten cuidado si tienes niños porque las bayas de ambos no son aptas para el consumo humano, sólo para pájaros.
Las fotos son del foro de portalplantas.com y Wouter Hagens
ÁRBOLES
Siguiendo con las tonalidades rojizas tenemos una gran variedad de arces japoneses (Acer palmatum y Acer japonicum). Los hay para todos los gustos: de hoja naranja, púrpura, escarlata, vino, rosado, rojo intenso… Tienen un aspecto muy delicado y su presencia es obligatoria en cualquier jardín japonés. Son aptos para cultivar en maceta o como bonsáis pero son exigentes en cuanto a sombra y humedad.
Un ejemplar cada vez más habitual de los parques españoles es el Liquidambar styraciflua (liquidámbar). Su nombre, que significa “ámbar líquido”, viene de una resina aromática con olor a vainilla que se extrae de su corteza. Tiene aplicaciones médicas y actúa como fijador en la fabricación de perfumes.
Es uno de los árboles más vistosos por su coloración otoñal. Puede llegar a los 40 metros en su ambiente natural pero en España apenas llega a la mitad. De cualquier manera, llega a ser bastante alto por lo que no es recomendable en jardines pequeños.
Es uno de los árboles más vistosos por su coloración otoñal. Puede llegar a los 40 metros en su ambiente natural pero en España apenas llega a la mitad. De cualquier manera, llega a ser bastante alto por lo que no es recomendable en jardines pequeños.
Para que el liquidámbar despliegue su colorido, es preciso que esté en suelos no calizos, exposiciones soleadas y baje la temperatura diurna.
Puedes ver un ejemplar de 20 metros en el Retiro de Madrid (Jardín Herrero de Palacios).
Uno de mis favoritos es el Quercus robur rubra (roble rojo americano), por algo me regalaron un ejemplar chiquito, al que bauticé con el nombre de Merlín, hace ya nueve años!!!!
Su origen está en Norteamérica y puede llegar a los 30 metros. Por suerte o por desgracia, en un suelo tan pobre como el de Madrid nunca alcanzará esta altura. Aún así déjale suficiente espacio para su futuro crecimiento. Tiene las hojas mucho más grandes que los robles europeos y se tiñen de rojo en otoño. El mío ha desplegado un abanico de colores verdes, rojos, naranjas y amarillos que, en estos días oscuros de lluvia, parecía que estaba encendido…
Puedes ver ejemplares en el Jardín botánico de Alcalá de Henares, en el parque de San Francisco en Oviedo.
Pero no todos mis árboles favoritos enrojecen en otoño. Hay varias especies que tienen unos tonos de amarillo preciosos.
Foto: web annie´s remedy |
El Ginkgo biloba es un árbol muy especial en muchos sentidos. Originario de China, dicen que es la especie viva más antigua del reino vegetal, casi un fósil viviente. Resisten la contaminación, la sequía e, incluso, el fuego. De hecho, fueron los únicos que sobrevivieron a la bomba atómica de Hiroshima, siendo capaces de rebrotar un año después de la tragedia. Además no sufren plagas, ni hongos, ni ningún otro tipo de enfermedad habitual en los árboles. Quizá por todos estos motivos es considerado un árbol sagrado, portador de esperanza.
Puede alcanzar los 25-30 metros de altura. Los ejemplares pueden ser masculinos o femeninos pero en centros de jardinería sólo suelen vender los masculinos porque los femeninos tienen frutos que desprenden un olor repugnante antes de su descomposición. (Asegúrate antes de hacerte con uno). Sus hojas tienen forma de abanico abierto o de pie de pato que adquieren un color amarillo dorado antes de caer.
Puedes visitar los ejemplares del Real Jardín Botánico de Madrid o el centenario de Santillana del Mar (Santander).
Otro ejemplo es el Liriodendron tulipifera (árbol de las tulipas o tulipanes). Estos árboles son originarios de Norteamérica y pueden alcanzar los 30 metros de altura. De adulto (a partir de los 20 años) florece en tulipas muy elegantes y fragantes. En otoño, sus originales hojas se vuelven de un color amarillo intenso.
Foto: web facilisimo.com |
Hay un precioso ejemplar en el Monasterio de Yuste (Cáceres).
Sin duda, éstas son plantas con un valor ornamental considerable que darán personalidad y color a tu jardín.
PRÓXIMA CITA: AGENDA DE DICIEMBRE (1/12/2011)